El proyecto de interiorismo desarrollado por Francesc Rifé en el Hotel Sana de Berlín no podría describirse si no de riguroso y equilibrado.
Situado en el centro de Berlín, el hotel de 4 estrellas ocupa una manzana completa de la capital. Para no romper la armonía con la sobriedad y elegancia de Berlín se escogió el granito negro, a fin de resaltar su emplazamiento en una ciudad en la que la vanguardia y los cambios continuos marcan tendencias en toda Europa. Este material y su despiece marcarán así mismo el diálogo con el espacio interior, con la misma filosofía de integración que identifica a este estudio barcelonés.
La distribución del aplacado de fachada viene definida por la posición de las aberturas, que se apoyan estratégicamente en unos módulos retroiluminados, de color verdoso, que siluetean todo el contorno. La planta baja, en la que se sitúan lobby y restaurantes, se ha resuelto con un cerramiento acristalado para dar transparencia a la zona más pública del hotel. Únicamente en la zona de acceso, en concreto la puerta giratoria, se ha utilizado cristal verde, similar al exterior y al revestimiento interior del lobby y resto de zonas públicas.
El lobby, proyectado a doble altura, se ha recubierto con un material de chapa expandida y con un acabado de cadmio, que le da esa textura y color verdoso tan característico. Su despiece imita la fachada con un tratamiento en tres dimensiones. Su desarrollo de curvas en planta, fusiona las sílabas «BER» de Berlin, con las de «BAR» de Barcelona, mientras que la sinuosidad de la curvatura de los paramentos verticales, nos introduce en los dos restaurantes, situados a ambos extremos del edificio y a los bares y pubs situados en la parte próxima al lobby y zona posterior de ascensores. El color, tan particular, que imita al de la cerveza, se ha obtenido tras diferentes procesos de baños en cadmio. Todas las zonas que conviven con esta malla se han resuelto en madera teñida negra, para aportar protagonismo a la zona frontal de chapa plegada. Una terraza remata la zona posterior con un especial juego de luces y proyecciones que se activa a partir de primavera.
Sin dejar de lado el vestíbulo, unas zonas bajas, amuebladas con la tapicería modelo SSAM de Ziru, se distribuyen por toda la sala principal y dan entrada a la zona de ascensores. Éstos están tratados como una caja invisible ya que, al estar revestidos con espejo fumé y reflejar toda la madera negra, desaparecen como obstáculo visual. La recepción, diseñada como prolongación de una de las curvas de malla, se integra totalmente en la estructura del revestimiento estrella en la parte posterior a ésta, despachos y zonas de servicios.
En los pasillos, también de concepción simple, se ha evitado una iluminación estridente. Se ha planteado una distribución similar a la de la fachada mediante foseados en el propio techo, como en las superficies verticales. La señalética también forma parte de la arquitectura visual de estas zonas de paso. Su textura, más bien oscura, conducirá a los clientes hacia unas habitaciones generosamente iluminadas, tanto por el juego de luz artificial, como por la luz natural que entra por los grandes ventanales.
El Hotel Sana ocupa un edificio de nueva planta de 15.710 m2, distribuidos entre espacios comunes, 159 habitaciones dobles, 13 suites y 42 apartamentos. Las habitaciones se han diseñado utilizando dos acabados diferentes, el lacado claro, brillante y el roble, con la intención de que el usuario que repita, tenga la opción de variar el ambiente en su nueva estancia en el hotel. Dos elementos importantes destacan en las habitaciones:
Dos elementos importantes destacan en las habitaciones: uno es el baño, delimitado parcialmente en cristal laminado fumé, con un registro integrado de espejo, de forma circular, que permite visualizar el exterior del baño y dependiendo de la luz utilizada en su interior, ser muy poco visto. Esto permite dar al dormitorio una sensación de mucha más amplitud. Evidentemente, el inodoro, está independiente a esta zona abierta.
El otro elemento es el «módulo/contenedor» longitudinal, enfrentado al baño, anteriormente citado, y a la cama. Éste módulo, variable en acabado, permite integrar en todas las habitaciones, el armario ropero, la tv, mediante un sistema de cristal espía que esconde por completo el aparato «feo», y el escritorio. Su despiece sigue los mismos parámetros que la fachada o el lobby. Un despiece irregular pero a la vez ordenado, que nos permite, en cada habitación, poder distribuir las zonas parciales según convenga a la arquitectura de nuestro interiorismo.
Los acabados de los pavimentos son en moqueta para la zona de la cama y madera o piedra para baño y pasillo longitudinal paralelo al módulo-contenedor. Una butaca acompañada de su mesita acaban de complementar el equipamiento de la habitación tipo.
Contacto del autor:
Francesc Rifé
Barcelona
www.rife-design.com