El minimalismo sigue siendo una tendencia que no pasa de moda. Si bien los diseños más barrocos y los ambientes inspirados en el pasado (las tendencias retro o vintage, sin ir más lejos) están en auge, las líneas sobrias que crearon estilo en los años 90 permanecen por su elegancia, su equilibrio y su intemporalidad. La lámpara de pared o aplique Nuage, del diseñador italiano Philippe Nigro, es un buen ejemplo de esta vigencia.
Nuage, desarrollada con una concepción modular, es un cuadro luminoso tridimensional que vive tanto sola como en composiciones de luz articuladas, hasta amueblar toda una pared o un techo. Se inspira idealmente en el Optical Art, movimiento artístico de vanguardia de la década de los sesenta. Nuage es en efecto una lámpara de pared nunca igual a sí misma, que juega sobre la idea de la iluminación óptica, transformándose según el punto de vista de quien la observa.
La lámpara está formada por cinco módulos con la forma de una nube de la que toma el nombre. Las láminas que la recorren, que no son planas sino tridimensionales gracias al moldeo por inyección, se distribuyen según una angulación determinada que ha sido estudiada para filtrar la luz y obtener efectos especiales, evitando una iluminación directa. La superposición de las láminas a diferentes distancias de la fuente de luz hace que Nuage se transforme según el punto de vista de quien la observe.
De la sencillez y de la fuerza del proyecto derivan la riqueza estética y su importante efecto escenográfico, que no dejan de fascinar ni siquiera cuando la lámpara está apagada.
Sugestiva en un ambiente doméstico con una fuerte personalidad, es perfecta para ambientes públicos y para llevar un toque de arte conceptual en grandes espacios.