Este diseñador español tiene una visión y misión claras: crear muebles que estén vivos, moldear objetos que contengan un elemento de fantasía y ficción que permitan al usuario escapar de la rutina de la vida diaria. Es esto exactamente lo que logra con objetos como Diversity, Tree Chair o Hot Kettle.
Esta última, una tetera eléctrica, que semeja aquellas antiguas, conocidas quizás sólo a través de la ficción, y que al hervir el agua muestra, la palabra Hot; la tetera entonces cobra vida, como elementos en una casa de cuento de hadas. Tree chair es una simple silla, que, a través de un proceso de descubrimiento y querer empujar sus propios límites, se vuelve dos sillas: aquella a ras de suelo, la inicial, y aquella que existe por arriba, a la cual hay que escalar para acceder.
Siguiendo la idea de la incorporación de elementos fantásticos a objetos cotidianos, Carbonell transformó la simpleza de una silla en una historia, en un pedazo de cuento maravilloso trasladado al hogar. Diversity, como Tree chair, nace de elementos de la naturaleza: resinas, madera, espinas, hojas, y vidrios. La colección consiste de sillas con su respectivo escritorio, un escritorio cuadrado, a la manera de una ventana por donde se mira hacia algo novedoso.
Lo que destaca, lo que da vida a fin de cuentas, a cada una de las piezas es su materialidad: pelos, piel, paja, pedazos de botellas de vino. Diversity es la encarnación de aquellos elementos considerados desechables, volcados hacia una funcionalidad específica. Por último, destacamos el espíritu de Pump it Up, un sillón pouf conectado por tubos a una serie de pequeños globos. Al sentarse, el usuario desinfla el aire contenido en el sillón e infla los globos, dando vida a pequeñas criaturas, reflejando así—a decir de Carbonell—la estrecha relación entre organismos en la naturaleza.