Oscar Niemeyer ha muerto esta noche tras varias semanas ingresado por una insuficiencia renal. El célebre arquitecto ha fallecido en Río de Janeiro, la ciudad en la que nació el 15 de diciembre de 1907, hace casi 105 años. El cadáver del arquitecto ha sido embalsamado esta madrugada en el hospital desde donde partirá en cortejo fúnebre a Brasilia, ciudad que ayudó a crear y en la que tendrá lugar el velatorio. A todos nos viene a la cabeza el arquitecto centenario de los últimos años, arrugado y encogido en una butaca pero que, increíblemente, seguía activo. Detrás, aparecen las formas de sus construcciones: abiertas, nítidas, audaces, blancas y optimistas.
Niemeyer tenía una vista privilegiada desde su oficina ubicada en la playa Copacabana, en Río de Janeiro.Niemeyer, que padecía problemas en los riñones y era sometido a hemodiálisis, estaba internado desde el 2 de noviembre pasado en ese centro médico del barrio carioca de Botafogo. Había ingresado originalmente por una deshidratación, en su tercera internación en lo que iba del año. Luego, su estado de salud se complicó con una hemorragia digestiva y un empeoramiento de sus funciones renales. Hoy por la mañana, el equipo médico que lo trataba informó que había sufrido un paro cardíaco y que su respiración estaba siendo mantenida por aparatos. Su familia, esposa y nietos, fue entonces convocada al hospital. El próximo día 15 hubiese cumplido 105 años, 70 de los cuales dedicó a su prolífica carrera.
Niemeyer, padre de la arquitectura brasileña y responsable del diseño de la ciudad de Brasilia junto al urbanista Lucio Costa en 1960, estuvo hospitalizado tres semanas en mayo pasado a raíz de una neumonía y una deshidratación. Fue ganador del premio Pritzker 1988, equivalente al Nobel de arquitectura, diseñó más de 600 obras en el mundo, y tiene una veintena en curso en varios países.
Creador de las formas de los Palacios de la Alvorada, del Planalto, del Congreso y de la catedral, entre otros monumentales edificios de Brasilia, fue uno de los responsables de la fama arquitectónica de la capital brasileña, que surgió de la nada hace 47 años. El reconocimiento de este trabajo lo llevó a diseñar otros grandes edificios en San Pablo, Río de Janeiro y Curitiba, pero también en Venezuela, Alemania, Francia, Argelia, Israel, Emiratos Arabes y España.
Vista del Museo de Arte Contemporáneo en Niteroi, cerca de Río de Janeiro.